sábado, 20 de septiembre de 2008

El Casar una ciudad para vivir?

Cada semana, cada año, vemos como se llena de cemento ésta tierra calma de Castilla. El llamado casco urbano se llena de coches cada día, hace años recorrían algunas bicis por sus calles favorecido por la orografía plana del terreno, hoy pocos paisanos se arriesgan frente a los vehículos de todo tipo que literalmente han invadido como un ejercito agresor su calles, aceras y cualquier explanada.

El aire limpio de la tarde castellana se ha transformado en un aire que no invita precisamente a sentarse en la puerta de nuestra casa, mejor cerrar puertas y ventanas por que además va acompañado de un rumor inaguantable.

¿Como es posible que en medio de la meseta estemos llegando a estas situaciones?

Hay que cambiar el rumbo a está situación. Para cuando un urbanismo sostenible. Es necesario empezar a tomar medidas, que por otro lado no son nada complejas.

Hay que construir grandes aparcamiento disuasorios en la entrada de nuestro casco urbano, restringir el trafico en el interior del mismo.

Para cuando una gran superficie verde que alivie la presión de la construcción sobre el casco histórico.

Lamentablemente, nos estamos cargando una forma de vida y lo que ello conlleva con este exceso de hormigón.

Es lamentable tener que irse a pasear, por otros pueblos vecinos (que no menciono para proteger), para recuperar el sabor de nuestro estilo de vida castellano, que ya hemos perdido.

¿Cuanto tiempo hace que no habeis visto amanecer?, ¿cuanto tiempo hace que no ois el rumor del viento sobre un pinar?, ¿cuanto tiempo hace que no habeis visto un animal en su habitat natural?.

Que la vida os depare buenas sensaciones.


lunes, 8 de septiembre de 2008

Municipio sostenible

Un municipio sostenible es aquel que satisface de forma equitativa las necesidades de sus habitantes sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.

Recomendaciones:

  • Utilizar de manera eficiente sus recursos, ahorrar agua y energía.
  • Utilización de recursos renovables, con un ritmo inferior al de su regeneración.
  • Reducir, reutilizar y reciclar los residuos.
  • Aplicar mecanismos para minimizar la contaminación desde el origen.
  • Hacer el municipio más confortable para los desplazamientos a pie o en bicicleta, y potenciar el transporte público, en detrimento del uso del vehículo particular.
  • Constituir un conjunto equilibrado, con barrios diversificados y multifuncionales que favorezcan les interrelaciones sociales y minimicen los desplazamientos.
  • Conservar y potenciar la biodiversidad y preservar los ecosistemas y un entorno paisajístico que garantice una mejor calidad de vida.
  • Planificar y gestionar adecuadamente su suelo, compatibilizando el desarrollo del municipio con la conservación del paisaje y garantizando una adecuada integración de los diversos usos del territorio.
  • Contribuir a los retos de la conservación del planeta, reduciendo las emisiones a la atmósfera de productos que provoquen el cambio climático y la destrucción de la capa de ozono.
  • Fomentar una estructura económica diversificada que garantice mayor estabilidad socio-económica, reduzca los desplazamientos de las personas y disminuya el transporte de bienes.
  • Dotar de una cobertura amplia y equitativa a las necesidades sociales básicas de sanidad, educación, acceso a una vivienda digna, y a un trabajo remunerado.
  • Desarrollar programas de integración social de los sectores marginados y aceptar la diversidad de su ciudadanía.
  • Garantizar el acceso a la información a todos los ciudadanos e implantar sistemas para promover su participación en la toma de decisiones.

Cumplimos alguna recomendación en El Casar. Tenemos una moderna Planta de recogida de residuos enfocada a los escombros de la construcción, creo que se ha inaugurado y no funciona. No hay contenedores para separar la basuras en origen, ni se esperan, los contenedores de papel y vidrio se recogen de forma deficiente, etc,etc. Las depuradoras van para largo.

Como dice el refran castellano, "menos predicar y más dar trigo"

lunes, 1 de septiembre de 2008

La Mitad de España un desierto

España estrena, tras 14 años de retrasos, su primer Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación. La estrategia contra este secular mal de nuestros suelos viene a reconocer que un 37% de la superficie del país tiene riesgos muy altos, altos y medios de erosionarse para siempre. España tiene abierta la puerta a un fenómeno muy adverso que bien podría llamarse 'sahelización'.
Se nos cuela el desierto, pero las medidas se aplican con cuentagotas y sin nueva dotación presupuestaria. Aunque el programa -publicado en el BOE el pasado día 26 de agosto-, detalla la mayoría de los problemas y la manera de atajarlos, se olvida de uno importante: la pérdida de suelo fértil provocada por el desarrollo urbanístico y de infraestructuras, según ha denunciado Ecologistas en Acción.
La magnitud de la 'africanización' es inmensa, como reconoce la estrategia y todos los actores que han trabajado por sacar adelante este documento, que debía haberse aprobado tras la adhesión de España al Convenio de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, vigente desde 1994. Una dificultad que se ve incrementada por el cambio climático, la subida de las temperaturas y un menor régimen de lluvias.
España es uno de los países de la UE más afectados, junto a Grecia e Italia. La pérdida media de suelo fértil era en 2001 de 17 toneladas por hectárea y año. Una simple multiplicación da idea de la dimensión de la erosión: 67 millones de toneladas caen cada año por los barrancos y fluyen por los ríos para terminar en el mar o en el fondo de los embalses (todavía peor). La fila de camiones de 25 toneladas necesarios para transportar tantos recursos en forma de suelo -que daría la vuelta al mundo 1,5 veces-, se ha incrementado un 8% desde 2001.
En una estación experimental en Lamaja, Huesca, la pérdida de suelo registrada ha sido de 752 toneladas por hectárea al año. Si se pudiera ver a cámara lenta, se entendería lo que ocurre cuando millones de gotas de agua impactan contra el suelo desnudo: la tierra salta dos metros en horizontal y uno en vertical; varios kilos de tierra se movilizan en cada metro cuadrado. Si no hay raíces o plantas, la tierra cae ladera abajo.
El impacto de la urbanización
El país se va por los ríos y se colmatan los pantanos. Las islas Canarias orientales, el sureste peninsular y amplias zonas del valle del Ebro son las regiones más afectadas. En todos ha habido enormes transformaciones del territorio las últimas décadas que han acelerado la desertificación ya en curso. Laboreo intensivo de los cultivos, aplanamiento de grandes extensiones para situar invernaderos, autopistas, vías férreas y millones de chalés y viviendas con sus viales, accesos y escombros. Cemento que tapa, inertiza, y, ni deja transpirar a algo tan valioso como es el suelo.
"La urbanización y la construcción son las más importantes causas de la destrucción y transformación irreversible del territorio", afirma Theo Oberhuber, coordinador de Ecologistas en Acción y portavoz de las ONG en la reciente Cumbre de Desertificación de la ONU que tuvo lugar el año pasado en Madrid. Aunque lamenta que este aspecto no haya sido incluido en el programa español, reconoce que "es mejor que nada y aborda los demás impactos y cómo atajar la desertificación".
El programa propone en primera instancia la recuperación de la cubierta vegetal y de los cauces de los ríos. Defiende una correcta gestión del matorral mediterráneo o del pastoreo y propone estabilizar las riberas fluviales. El manejo de pastos, el laboreo del suelo, la quema de rastrojos o el número de cabezas de ganado por hectárea se contemplan. Casi nada queda al azar, salvo lo ya apuntado y que se olvida del compost.
De las 25 millones de toneladas de residuos urbanos que se generan en España, casi la mitad es materia orgánica. Pero sólo se producen medio millón de toneladas de compost de calidad, frente a los 12 millones potenciales. Esa materia orgánica tratada ayudaría mucho a la recuperación de la cubierta vegetal. El fracaso del sistema de recogida y tratamiento de los residuos es criticado desde su implantación. Pero la materia orgánica se sigue enterrando como si no sirviera para nada.